Desde que nos concedieron el Proyecto “PROLIVE: Soluciones digitales y biotecnológicas para mitigar la crisis del cambio climático y acelerar el proceso de mejora genética en olivicultura” hemos venido trabajando en las tres actividades en las que participamos juntamente con otros socios de este ilusionante Proyecto.
La parte más delicada de nuestras actividades son los campos de genotipos que tenemos en Posadas (Córdoba) y Peroguarda (Portugal). Hay que ir formándolos desde primera hora y conseguir que salgan adelante porque cada ejemplar es único y podría perderse la oportunidad de obtener una muy buena variedad de olivo.
Por eso, los mimamos como nuestros “Benjamines” que son: les quitamos la hierba, los tutoramos, les aplicamos tratamientos para mantenerlos libres de plagas y enfermedades, los fertilizamos…
Es una labor constante que no puede dejarse en manos ajenas.